Por distintas razones administrativas, económicas, técnicas y de responsabilidad, ha sido usual en la industria de software clasificar a los desarrolladores de software en diferentes niveles de habilidad que pretenden describir su perfil técnico y laboral.
Desarrollar en varios proyectos de software con plataformas distintas bajo un mismo sistema es muy tedioso, así que opté por Docker para gestionar múltiples entornos de desarrollo consumiendo el mínimo de recursos e inicializarlos en el menor tiempo posible.
Ayer 21 de octubre de 2016, nuestra red Internet sufrió uno de los golpes más duros en su historia. Intentaré explicar la gravedad de esta situación con una descripción conceptual para luego abordar la seriedad con la que debe tomarse lo acontecido.
Conforme me informaba sobre modelos ágiles (algo que por cierto nunca acaba) me preguntaba sobre el papel que juegan las actividades y artefactos de diseño de software: cuándo resulta irrelevante, innecesario o cuando sí aportan valor.
17 años atrás, tuve que elegir una ruta crítica para mi vida, tal como muchos tenemos la oportunidad de hacerlo: Elejir una profesión.