17 años atrás, tuve que elegir una ruta crítica para mi vida, tal como muchos tenemos la oportunidad de hacerlo: Elejir una profesión.
En ese momento, mi inclinación por la computación no estaba motivada en la caridad, en hacerme millonario, erradicar la pobreza o seguir una moda popular; ciertamente elegí computación porque era muy travieso, quería experimentar, construir, crear y entretenerme, lo cual disfruté mucho mientras lo hacía.
Reconocimiento
Sin embargo, no fue hasta que empecé a ver los resultados de mi esfuerzo transformados en valor, que entendí el verdadero fin de mi profesión y lo que me motiva de ella: Ver sonrisas, palpar la satisfacción, recibir un agradecimiento, vislumbrar el camino de éxito de quienes recibían mis servicios o abrir oportunidades a otros.
Hablo de un orgullo que te invita a sacar pecho, a respirar profundo, que genera una ansiedad positiva, una confianza correspondida que te hace sentir comprometido con la causa. Hoy, mi trabajo es usar las tecnologías de información para ayudar a alcanzar las metas de otros, colaborando en forma activa y competitiva al país que tanta oportunidad me ha brindado.
Convicción
El diccionario define la palabra "convicción" como: "Estado de la mente en el que un individuo supone verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa". Tomándole la palabra al diccionario, hoy puedo decir con firmeza que la convicción profesional hace la diferencia entre un mal y buen profesional.
Un profesional que no comprenda, crea y actúe en congruencia con el valor de su trabajo, fácilmente preferirá las excusas que las alternativas; valorará más terminar rápido, que terminar bien; visualizará primero la hora de salida, que el resultado que dejará ese día; dejando sin responder o sin interés, la pregunta del por qué de su profesión.
Nace o se hace
Cuando abrimos por primera vez nuestros ojos al nacer, contamos con un cuerpo biológico, en una fecha dada en el tiempo, estamos ubicados en algún lugar de la superficie de la Tierra, bajo condiciones naturales y sociales particulares. Lo demás es todo aquello que permitimos que entre y salga de nuestra mente, aquello que decidimos creer o no.
Considero que un profesional con convicción se crea, descubre y construye a sí mismo continuamente en torno a qué espera de sus esfuerzos. El profesional debe cuestionarse a sí mismo cómo su accionar se alinea con la vision profesional a la que desea aspirar y sus propósitos de vida. Simplemente uno elije y actúa para serlo, no se echa a la suerte.
Responsable
Nadie más que usted como profesional es responsable de definir sus metas, motivarse para alcanzarlas, perseguirlas con dedicación, aprender lo necesario, aprovechar las herramientas disponibles, innovar sus métodos, comprender la naturaleza de su trabajo, crear un entorno favorable, asumir fallos y mejorar continuamente.
Por el contrario, desempeñarse con excepticismo, indecisión, vacilación o desgana, puede alejarlo de sus propósitos profesionales y por ende de sus metas de vida. El conformismo y la mediocridad no dejan buenos réditos en el ámbito profesional y vida personal. Descubra el por qué de su profesión y empiece a darle sentido, actando con convicción.
