Cuando fue oficializada la primera Ley de Firma Digital en el país, estaba muy emocionado sobre sus posibilidades. Hacer filas y arrastrar papeles es para mí una pérdida sustancial de tiempo y recursos.
Alta Expectativa
La firma en manuscrito es todo un riesgo de seguridad. Aún no comprendo cómo todavía la gente confía en un garabato de tinta para verificar la autenticidad. Con Firma Digital, esperaba firmar cualquier documento y realizar transacciones en línea, cuando y donde quisiera, con mayor seguridad.
A la vez, Firma Digital abre la oportunidad para crear un conjunto de servicios tanto de índole público como privado, para mejorar la competitividad de las organizaciones y mejorar la experiencia de los usuarios. También esperaba que fuese parte integral electrónica de nuestras cédulas de identidad.
Primer experiencia
Fue en el 2011, cuando obtuve la tarjeta de Firma Digital tras registrarme como proveedor en Mer-link. Este sistema hasta la fecha sólo funciona con Internet Explorer y Microsoft Windows, tristemente. Eso fue para mí, un abanderado de plataformas de código abierto y sistemas Linux, toda una molestia.
Cuando quise usar mi firma para otros fines, específicamente para firmar un documento digital, encontré que no tenía nada en absoluto para hacerlo. Este hallazgo me llevó inmediatamente a preguntarme algo que para mí en ese momento debía tener una respuesta: ¿Cómo entonces reemplazo la firma de documentos en manuscrito?
Crear aplicación
Así, motivado aún por las posibilidades, decidí crear una aplicación para poder firmar documentos PDF desde Linux. En ese momento la aplicación fue simplemente una prueba de concepto desarrollada en Java que tomaba un documento PDF original, me solicitaba el PIN de la tarjeta y guardaba otro firmado digitalmente.
Funcionó. Luego de la prueba de concepto encontré la oportunidad de crear una aplicación con interfaz de usuario para ofrecerla al público en general. Hoy esa aplicación es ampliamente usada y se llama LibreFirma, compatible con Windows, Linux y Mac OSX y posee integración con Gestores de Contenido Empresarial (ECM) y suites de ofimática.
Formatos Oficiales
El apoyo del MICITT ha sido fundamental, debido a que en ese momento no habían sido definidos ni legislados los formatos que serían reconocidos oficialmente en Costa Rica para firmar documentos digitalmente. Claramente, era importantísimo que los documentos que se firmaran cumplieran con el estándar.
Posteriormente y tras algunos acercamientos con funcionarios del MICITT (ente rector en Firma Digital), éstos lograron definir los formatos oficiales, por lo que adaptamos LibreFirma para soportarlos de antemano, meses antes de que fueran ratificados en la Gaceta, afortunadamente.
Firma Digital Hoy
A pesar de la legislación y un decreto ejecutivo del 2014, el cual requería que las instituciones implementarán mecanismos para gestionar procesos con Firma Digital, el tema avanza lento. La mayoría de servicios en línea del Estado no satisfacen el principio de neutralidad tecnológica, siendo compatibles únicamente con Windows e Internet Explorer.
Ha aumentado la cantidad de usos y servicios en firma digital. Algunas entidades han tomado con seriedad sus ventajas pero lamentablemente muchas aún no saben cómo gestionar la recepción de documentos firmados digitalmente, por citar un caso usual. También mejoró la plataforma del país con la incorporación de cifrado SHA-256, más seguro.
Qué Esperar Ahora
Aún tengo la fe de que los costarricenses no vean el dispositivo de Firma Digital como un gasto, sino como una inversión para facilitar su vida, aumentado así la adopción y demandar más y mejores servicios en este sentido, tanto en lo público como privado.
Existe un gran reto mundial para la estandarización y compatibilidad de aplicaciones con Firma Digital, principalmente en torno a tecnologías Web, que facilite la neutralidad y disminuya las barrera para aprovechar este recurso. Actualmente muchos escenarios de uso dependen de componentes nativos o poseen un abanico de compatibilidad reducida.